- ¿Porqué lo dices?
Por que te conozco. No puedes estar solo.
¿Lo conozco?
- No.
¿Qué edad tiene?
-La mía
Bien, es lo que necesitas.
- Y tú, ¿conociste a alguien?
No, nada serio. Aventuras de una noche. Es lo mejor, nada de problemas.
Cróniks-Poétiks
A pesar de lo que sentían;
A pesar de lo que se amaban;
A pesar de todo...
Tuvieron que seguir caminos distintos;
Tuvieron que separarse.
Pero se juraron que lo vivido no lo olvidarían;
Se juraron que lo recibido no lo devolverían.
Se dieron cuenta que su amor se estaba yendo.
Prefirieron fingir ser fuertes y alejarse, para así no sufrir por darse por enterados que lo que tenían era un error.
Todo fue tan rápido y especial.
Pero así también era tu sentimiento, por un extraño como yo.
No te olvidaré, por más que intentes no mostrar lo que sentiste ese día en que te vi a los ojos y me percate lo que hay entre los dos.
¡Mentí! … no te podré olvidar.
Te Amo!.
Casi como un suicida, había quedado.
Pensativo, meditaba sobre todo lo que había perdido.
Algo que no era nada de fácil, porque estaba al borde de un precipicio alto y sin fin, confundido aún por ti.
Todo se hacía cada vez más pesado,
Me convertí en un guerrero sin guerra,
En un caballero sin armadura,
Un escudero sin su princesa...
Trate de cambiar y volver a empezar,
Me fue casi imposible;
Volví.
Preferí vivir en mi realidad, soñando con volverte a tener...
Volverte a querer.
Todo a mí alrededor se fue volviendo una lluvia sin sol...
Hasta que tu sol prefirió salir, y dejar de huir.
Me instaste a seguir.
Me pediste que no sufra por ti, porque tú no sufres por mí.
Lo nuestro llego a su fin...no fue ni por ti ni por mí.
Sino por nuestro amor.
Nuestro tiempo se acabó.
[Ya no es tiempo de amar...es tiempo de amarse.]
-No te preocupes por mi, estoy bien, creo que fue lo mejor que nos pudo suceder...
Recuerda que tu llanto me tortura, pero tu calma me cura!-
Estábamos tan bien, ¿no crees?...
Todo cambió, creo que fue al vernos…
La música de ese autobús, no acompañaba más que al dolor
Te veo sólo por el reflejo.
Ellos están cada vez más felices.
Realmente no sé que me sucede y mucho menos que te sucede a ti.
Porque de un instante a otro dejaste de amarme, de besarme de hablarme.
Me preguntas y te respondo – no sé-
Es un nudo en mi garganta que no se aplaca con el calor de tu corazón.
Lo siento.
De verdad lo siento, era el momento de disfrutar, no de distanciar.
Pensé que no querías hablar, que querías estar sola en tu interior, por eso no te miré, no te besé, no te acaricie, no te hablé.
No quería verte partir, creo que era mejor así, por eso no me despedí…
Pero no lo pude soportar.
Al verte dejarme, baje de mi soledad y corrí detrás de tu amar.
No quise gritar para llamarte, quería sorprenderte, pero la sorpresa fue para mí, al darme cuenta que me había tardado demasiado en recapacitar, porque ya te perdí.
A pesar de no verte por el sendero de tu hogar, te intenté encontrar, pero nada nuevo fue a pasar.
Como un completo idiota me sentí, por dejarte ir sin decirte lo mucho que significas para mí.
Desde ese instante que siento que estoy fuera de mí…
Seguí de vuelta mi viaje; el viaje más raro de mi vida sin ti.
No es la primera vez que recorro este camino, pero es distinta la compañía y el pesar; sólo se igualan las partidas, nada más…
En una, la primera, me acompañó el gozo y la dicha, ahora, la segunda, la pena y la tristeza.
Caminé y caminé, sin nada más que mirar, que mi pasar. Escuchando la música desgarradora del amor; sonetos y versos inspirados en tú y yo.
No me percato de lo rápido que avanzo.
Sólo me enfrenté a la búsqueda de encontrar ojos de misericordia, que necesito hallar, para que me ayuden a entender que fue lo que hice mal.
El viaje estuvo marcado por el frío, el recuerdo, la pena y el dolor; sólo me permitían seguir mis piernas de fuego sobre tu corazón de hielo.
Tanto avanzar y tanto en que pensar.
Miro al cielo para pedir una tregua y me encuentro con ellas, con tu luna y mi estrella.
La primera con un velo blanco hermoso y peculiar, que al mirarla me hacía darme cuenta de su grandeza y mi pequeñez.
La segunda era como aquel lunar en tu bello mirar.
Ambas eran mis cómplices, junto a mi ego y mi música me acompañaron y me aconsejaron venir de vuelta a tu tumba y pedirte…que me perdones mi amor.
Todo eso acabo cuando te vía mi lado, durmiendo como un bebé, eres hermosa hasta para soñar.
A pesar de todo lo que te amo, ayer casi cometo una locura, de aquellas que nunca se curan.
Estaba comprando un obsequio para ti, mi novia.
Cuando salí de la tienda, mi mirada se cruzo con otra. Era una mirada angelical, dulce, pero audaz.
Era una jovencita preciosa, debería tener la edad de tu hermana menor.
Fue un instante en que nuestras miradas se unieron, hicieron que el cosmos se detuviera, que no siguiera su rumbo.
Solo es momento me bastó para acabar con la cordura y dejar que entrara a mi razón la locura.
Ella también sintió lo mismo. No dudó en ningún momento en decirme con la mirada que la siguiera, yo tampoco dudé y la seguí.
Iba por lo menos un metro delante de mí con su hermosa morada me coqueteaba. Mientras caminaba, me decía, sígueme…apresúrate.
Yo estaba hipnotizado por sus ojos azules, bellos mares.
En ningún segundo pensé en lo que estaba haciendo, solo me dejé llevar.
Solo esperaba que no me encontrase con nadie conocido.
Solo esperaba estar haciendo lo correcto.
Caminamos por lo menos cinco minutos. Hasta que llegamos a un pasaje con poco público.
Ella paró, yo la seguí.
Se dio la vuelta, me tomo las manos y me acaricio, con un tacto angelical. Fue especial. Su respiración se unió con la mía. Mi corazón latía a mil por hora.
Estaba dispuesto a besarla. Contuve mis ganas por un instante. Fue en ese mismo momento cuando volvimos de nuestro trance de pasión y caímos rendidos en el tiempo real.
Ella me soltó las manos y se marchó…como si hubiese sucedido una gran explosión, la gente salió de todas partes y comenzó a caminar rápidamente.
Entre tanto tumulto no la pude seguir.
La busqué por un buen rato, hasta que la hallé. Estaba sentada en una banca de la plaza, en ese instante me quise morir.
No estaba sola, estaba con un joven de su misma edad, se estaban besando.
Creo que fue tanta mi emoción que lloré.
Me devolví a mi casa, con ánimo de nada.
Estaba perdido en mi corazón.
Sólo recuerdo que me dormí a tu lado.
Me siento de muerte a tu costado, cometí un gran error ayer. No te podría ver a los ojos de nuevo.
Te pido perdón, porque no hay nadie como tú.
¿Qué haces aún aquí?
¡Pero vete!
¡Vete!
No.
¡No te das cuenta que no
puedo!
Porque me dolería mucho
abrazarte y verte partir,
sabiendo que no te volveré a
ver.
Por eso prefiero que te vayas
así nada más…
Shh.
Silencio
Es mi turno de hablar.
Estoy loco, sí…
Lo admito.
Pero loco por ti…tú me tienes así.
No te das cuenta. Todo lo que te amo.
¿Todo este tiempo a tu lado no ha sido suficiente para que lo entiendas?
Dime que sucede contigo…
Que es lo que está mal…
Lo sé, me lo haz dicho muchas veces.
¿No estas lista para abandonar la soledad?
Pero yo a diferencia tuya
Si estoy dispuesto… soy capaz de eso,
Y mucho más.