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lunes, 13 de agosto de 2007

Porque?


Porque….porque nos tocará sufrir.

Porque siendo seres celestiales, especiales no podemos dejar de sufrir…y dedicarnos a lo que vinimos… a amar a los demás.

Porque existen tantas personas, cosas o circunstancias que nos hacen sufrir….porque no podemos solo deambular por aquí y por allá, ayudando sin cesar.

Porque es necesario que tengamos que bajar a este mundo terrenal y mortal, y dejar de ser seres de amor y paz, para comenzar a luchar, a odiar, a matar, a los demás…

Porque, si no quiero tocar con mis pies descalzos esta tierra ardiente de tanto pecar…tengo que hacerlo. ¿Porque?

Porque tengo que soportar la lluvia fría a mi pasar… ¿Porque?

Porque nos cuesta tanto trabajo poder realizar nuestro cometido. ¿Qué es lo que quiere el destino?

Porque se interponen tantas barreras entre mi amor y el tuyo, porque no podemos ser felices, si sólo a eso hemos bajado aquí.

Porque las personas que mas amamos en el mundo nos pueden desearles la muerte para así de una vez por todas ser libres y poder amar a todos sin igual…a todos por igual.

No te preocupes, no pierdas la fe, que es lo único q nos podrá ayudar en el juicio final.

Ámate y ama a los demás, a pesar de la dificultad.

NO TE DES POR VENCIDO, PORQUE ASÍ VENCERAS.

Ya que debes recordar siempre que el camino de cada iniciado esta marcado por el sufrimiento, dolor y desamor…pero todo esto hace que nuestro triunfo sea más hermoso…tú ganarás.

domingo, 29 de julio de 2007

Temporalidad


Que daría por arrancarme de este infierno, y no volver jamás a pisarlo.

Es en este preciso momento en que todo se vuelve nublado a mí alrededor, el sol se apaga, la luna se calla, las nubes se marchan, las estrellas se cansan…
Todo tiene un principio y un final, eso lo sabemos todo, pero hasta que no lo vivimos en carne propia no somos realmente conscientes de ello.

Desde que me encuentro en este túnel sin salida, es que te puedo ver como avanzas sin mi….es ahora cuando me digo….te perdí….me perdiste……te perdí….te perdiste.

Me gustaría poder decir y gritar a los cuatro vientos de norte a sur, sin fin, que ya no me duele dejarte de amar….pero no es así, cada instante que pasa te amo mas y mas.

Como puedo hacer para encontrar una razón a esto que nos sucedió, encontrar la luz al fondo del camino….no sé porque sucedió, porque acabaste con nuestro amor, sin preguntarme nada, sin decirme nada, solo tomando tu las riendas de nuestro amor, siendo que es algo de a dos, no solo de ti.

Solo me queda pensar en que todo lo sucedido, será carga del tiempo el que se preocupara de igualar.

Estoy esperando a que vuelvas…por mí.


El consuelo que me queda, pensar que todo es temporal, ya llegará el momento de aliarnos los dos.


TE AMO.

(Recuerda que aun tengo muchas canciones que cantarte, muchas que dedicarte, muchas que escribir pensando en ti...)

martes, 17 de julio de 2007

Tiempo


Casi como un suicida, había quedado.

Pensativo, meditaba sobre todo lo que había perdido.

Algo que no era nada de fácil, porque estaba al borde de un precipicio alto y sin fin, confundido aún por ti.

Todo se hacía cada vez más pesado,

Me convertí en un guerrero sin guerra,

En un caballero sin armadura,

Un escudero sin su princesa...

Trate de cambiar y volver a empezar,

Me fue casi imposible;

Volví.

Preferí vivir en mi realidad, soñando con volverte a tener...

Volverte a querer.

Todo a mí alrededor se fue volviendo una lluvia sin sol...

Hasta que tu sol prefirió salir, y dejar de huir.

Me instaste a seguir.

Me pediste que no sufra por ti, porque tú no sufres por mí.

Lo nuestro llego a su fin...no fue ni por ti ni por mí.

Sino por nuestro amor.

Nuestro tiempo se acabó.

[Ya no es tiempo de amar...es tiempo de amarse.]

-No te preocupes por mi, estoy bien, creo que fue lo mejor que nos pudo suceder...

Recuerda que tu llanto me tortura, pero tu calma me cura!-

jueves, 28 de junio de 2007

El Escudero y La Princesa.


En un lejano continente, en un lejano país, en un lejano reino, en un lejano bosque, en un lejano castillo, vivía una hermosa princesa sin igual.
La princesa era la dueña del corazón de dos fornidos y gloriosos caballeros.
Uno de ellos la conquistó mientras esta era solo una jovencita, y él siendo un hombre hecho y derecho.
Su amor fue mágico, se juraron fidelidad hasta la eternidad…pero por cosas que solo el destino entiende, se distanciaron; esto fue de un momento a otro. Sin respuesta alguna el caballero se alejó de ella.
Pero al contrario del caballero, la princesa lo amó con desmedida locura. Lo que no le permite a ella olvidarlo así como así.

Pasó un tiempo, la princesa estaba en sus habituales clases de lenguaje, junto a otras princesas y príncipes. Es aquí, en donde estaba uno de los príncipes, que también era caballero, que hacía bastante tiempo que amaba a escondidas a la bella princesa.
Este caballero era tan joven como ella, eran perfectos…con él, la princesa volvió a querer.
Se convirtió en su confidente, amante, amigo…era su alma ideal.
Eran tan felices juntos.
Pero tanta felicidad terminó por agotar a la dulce princesa…esto junto a problemas propios de las parejas hicieron que se distanciaran.

La princesa poco tiempo antes de terminar su relación con el joven caballero, salió un día recorrer sus verdes bosques…cabalgando por horas y horas, sola como a ella le encantaba hacerlo. Pero ese día le tendría preparada una sorpresa a la princesa…al darse cuenta de que era tiempo de volver al castillo, puesto que estaba oscureciendo, se percató que había una presencia que la vigilaba…era nada mas y nada menos que un dragón, de aquellos que son capaces de destruir ciudades enteras sólo con sus llamas.
La princesa aterrada comenzó a cabalgar cada vez más rápido, tratando de llegar a su hogar; mientras huía, gritaba que la socorrieran, pero para desgracia de ella no había ningún caballero cerca.
El llamado de auxilio de la princesa llegó a oídos de un escudero que deambulaba por el lugar. Él que se alisto para ayudarla…sólo con un escudo y espada de madera, logró ahuyentar a tan feroz animal.
La princesa sorprendida por tal acto de valentía, le pidió al “caballero” que se acercase. Éste al hacer lo solicitado, contemplo la belleza de la princesa rescatada…era la mujer siempre soñada.
La princesa quedó pasmada al fijarse que su rescatante no era un caballero, sino un escudero. Pero en su inmensa bondad, la princesa le dio las gracias.

Desde aquél momento que el escudero se convirtió en admirador y ayudante directo de la esplendida princesa.
Pasaban noches y días juntos…cada vez el escudero se sentía mas atraído por la princesa y esta cada vez sentía algo distinto por el hombre.

Una tarde, en que la princesa le pidió al escudereo que la acompañara a tomar aire, este se atrevió a confesar su amor por ella.
La princesa, al oír tan hermosos sentimientos hacía ella, no supo que hacer ni que decir. Porque ella aún en ese instante estaba unida con el corazón del joven caballero.
Solo pudo darle las gracias por lo que sentía por ella, pero no podía responderle con lo mismo.

Paso el tiempo, la princesa volvió a quedar sola…pero siempre a su lado encontró la compañía del amigable escudero, que la consolaba, escuchaba…y amaba.

Tanto tiempo pasó que ella comenzó a sentir algo por el escudero, el cual intento conquistarla…pero esto no fue nada fácil. No solo tuvo que luchar por encantar el corazón de la princesa, sino también acabar con los fantasmas de los dos caballeros que habían logrado amar a la princesa, y a los que ella profesó su amor.
Con el recuerdo del caballero mayor no fue tan difícil; con el otro la cosa se complicó, pero lo logró…lo olvido.
El caballero con esto pensó - ¡lo logré!...la princesa me permitirá hacerla feliz, ahora que solo me tiene a mi –
Pero para pesar del escudero esto no fue así.
La princesa comenzó a preferir la soledad.

A pesar de ello el escudero obstinado con su amor, la espero…pasaron largos años…siguieron siendo felices, separados, pero felices…o por lo menos eso creo.
Todo eso acabó cuando el escudero se cansó de esperar a que la princesa quisiera estar con él…juntos y amarse por toda la eternidad.
Le dolió tanto el corazón, al escudero, cuando tuvo que decirle a la princesa que ya no sería lo mismo…que él tenía que dejarla de amar.
Ella le pidió que no se alejara de su lado, que le encantaba su compañía, más que cualquier otra cosa.
El escudero se lo juró - no me alejaré de ti - … pero como tú no me puedes amar igual que yo, te tendré que dejar de amar.
El escudero con el corazón roto se alejó del reino…se alejó de la princesa…tuvo que romper su juramento, era la única forma de no sufrir, a pesar de que la princesa le pidió incansablemente que no se alejara de su lado…pero él ya estaba lejos del reino.

El escudero se convirtió en ermitaño, con el corazón destruido, dejo de ser amado.
Siempre pensaba al ver el atardecer, en que la princesa lo encontraría y le pediría que estén juntos…y que en la mano llevara la flor que él le regalo la primera vez que la amo.

Lamentablemente eso nunca sucedió y me encuentro sólo…llorando por tu amor.

[“Amar no es mirarse el uno al otro, es mirar juntos en una misma dirección.” Platón.]

viernes, 15 de junio de 2007

Estrella Fugaz.


Sólo como una estrella fugaz cruzaste mi cielo,
Atravesaste mi rostro con tu lágrima audaz.
Lograste arrancarme de mi ser esa página de mi corazón escrita con dolor.

Me hiciste sentir como en las nubes,
Rodeando al sol...oh! Mi amor.
La estela de tu luz no me dejó
Volver a mi peculiar oscuridad.

Por el resto de mi vida tendré
Que pensar en lo que pudo ser, pero no fue...
Sólo fuiste una estrella fugaz en mi vida;
Iluminaste mi camino que me llevaba a mi corazón;
al darte cuenta que lo hallé, te marchaste, sin despedirte de mí, para no volver.

Tendré que vivir así... sin ti.
Puesto que tú eres sólo una estrella fugaz
Que supo darme amor...
No importa la cantidad, sino la calidad...
Solo amar.

Solo espero algo de ti...
Que hallas escuchado mi deseo a tu pasar...
Volverte a amar, mi estrella fugaz.

jueves, 14 de junio de 2007

Tú me haces sentir.


Me haces tan feliz…
Me haces sentir lo que me hizo no seguir.

Es tu amor, tan gigante como un sol
que esta a tu y a mi alrededor…
Nos hace sentir éstos dos mundos, pero que unidos no hacen colisión.

Tú me haces sentir lo que no pensé volver a sentir…tu respiración…mi amor.

Ahora no sé que más hacer para que no te vayas nunca jamás de aquí…
Escúchame por Dios; por que tu me haces volar y caminar, sin ti no soy nada mas.

Los dos unidos somos mucho más que el puro amor,
Los dos separados somos amor,
Los dos amándonos somos igual a Dios,
Los dos somos sólo Tú y Yo…

Tú me haces sentir…
Eso que me encanta oír de ti.

Tú me haces… sentir.

El Rocío de mi ángel.


No encuentro explicación
Para lo que sucedió en aquel segundo que te vi.
Por ti se rompió mi espejo
En el que se reflejaba nada más que mi desamor…
No como realmente soy.

Sin nada más que esperar te amé.

Tú y tu mirada de ángel
Fueron capaces de raptarme de aquí,
De arrullar mi corazón junto a ti.

Te encontraré, no te dejaré sola jamás…te lo juro.

Es tan difícil seguir sin parar, en este mundo material
Tratando de no quedar sin ganas de luchar…
De no quedar ciego por la luz que sólo con personitas como tú,
Uno se puede encontrar una vez y no parar.

Pero por ti soy capaz de eso y mucho más
De entregarte mis sueños y anhelos
A lo largo de tu corta pero hermosa vida.

Tú y tu mirada de ángel
Lograron que no me escondiera más
En la que era mi armadura de dolor,
Y que saliera por el sol a volar contigo…
Mi ángel.

[…para esas personitas que nos hacen no parar de luchar por mejorar este mundo desigual…]

Seguir o Parar.


[…veo un tenue rayo de luz…lo sigo…al final del camino…]

Tanto que te dije que no te esperaría
Que me sería difícil no dejarte de amar…
Dejarte libre, como siempre lo fuiste.

Todo eso cambió al mirar ese resplandor en tu rostro.
Que me hizo sentir como nunca…
Que me hizo volver y sentirlo una y otra vez…

Separados podríamos haber sido tan felices,
Tan buenos amigos,
Podríamos haber logrado tantos de nuestros sueños.
Pero yo al igual que tú, sabemos que eso no lo es todo…

Que necesitamos amarnos…
Quizás por un día, semanas, años o por siempre,
Eso no lo sabremos hasta que no lo intentemos…
Eso Tú y Yo por lo menos si lo sabemos.

Aunque a ratos se te olvide que lo sabes, te digo que eso no hará detenerme.
No, no lo logrará.
Seguiré, y no pararé hasta que no te vuelvas a amar…

No seguiré esa luz…

Prefiero quedarme aquí contigo en nuestra oscuridad y esperar
A que juntos iluminemos nuestros corazones, con nuestro amor.

martes, 5 de junio de 2007

No te tengo y ya te Pierdo.


Estábamos tan bien, ¿no crees?...

Todo cambió, creo que fue al vernos…

La música de ese autobús, no acompañaba más que al dolor

Te veo sólo por el reflejo.

Ellos están cada vez más felices.

Realmente no sé que me sucede y mucho menos que te sucede a ti.

Porque de un instante a otro dejaste de amarme, de besarme de hablarme.

Me preguntas y te respondo – no sé-

Es un nudo en mi garganta que no se aplaca con el calor de tu corazón.

Lo siento.

De verdad lo siento, era el momento de disfrutar, no de distanciar.

Pensé que no querías hablar, que querías estar sola en tu interior, por eso no te miré, no te besé, no te acaricie, no te hablé.

No quería verte partir, creo que era mejor así, por eso no me despedí…

Pero no lo pude soportar.

Al verte dejarme, baje de mi soledad y corrí detrás de tu amar.

No quise gritar para llamarte, quería sorprenderte, pero la sorpresa fue para mí, al darme cuenta que me había tardado demasiado en recapacitar, porque ya te perdí.

A pesar de no verte por el sendero de tu hogar, te intenté encontrar, pero nada nuevo fue a pasar.

Como un completo idiota me sentí, por dejarte ir sin decirte lo mucho que significas para mí.

Desde ese instante que siento que estoy fuera de mí…

Seguí de vuelta mi viaje; el viaje más raro de mi vida sin ti.

No es la primera vez que recorro este camino, pero es distinta la compañía y el pesar; sólo se igualan las partidas, nada más…

En una, la primera, me acompañó el gozo y la dicha, ahora, la segunda, la pena y la tristeza.

Caminé y caminé, sin nada más que mirar, que mi pasar. Escuchando la música desgarradora del amor; sonetos y versos inspirados en tú y yo.

No me percato de lo rápido que avanzo.

Sólo me enfrenté a la búsqueda de encontrar ojos de misericordia, que necesito hallar, para que me ayuden a entender que fue lo que hice mal.

El viaje estuvo marcado por el frío, el recuerdo, la pena y el dolor; sólo me permitían seguir mis piernas de fuego sobre tu corazón de hielo.

Tanto avanzar y tanto en que pensar.

Miro al cielo para pedir una tregua y me encuentro con ellas, con tu luna y mi estrella.

La primera con un velo blanco hermoso y peculiar, que al mirarla me hacía darme cuenta de su grandeza y mi pequeñez.

La segunda era como aquel lunar en tu bello mirar.

Ambas eran mis cómplices, junto a mi ego y mi música me acompañaron y me aconsejaron venir de vuelta a tu tumba y pedirte…que me perdones mi amor.

Nadie se compara a ti.


Esta mañana, cuando desperté. Me sentí acabado, muerto…

Todo eso acabo cuando te vía mi lado, durmiendo como un bebé, eres hermosa hasta para soñar.

A pesar de todo lo que te amo, ayer casi cometo una locura, de aquellas que nunca se curan.

Estaba comprando un obsequio para ti, mi novia.

Cuando salí de la tienda, mi mirada se cruzo con otra. Era una mirada angelical, dulce, pero audaz.

Era una jovencita preciosa, debería tener la edad de tu hermana menor.

Fue un instante en que nuestras miradas se unieron, hicieron que el cosmos se detuviera, que no siguiera su rumbo.

Solo es momento me bastó para acabar con la cordura y dejar que entrara a mi razón la locura.

Ella también sintió lo mismo. No dudó en ningún momento en decirme con la mirada que la siguiera, yo tampoco dudé y la seguí.

Iba por lo menos un metro delante de mí con su hermosa morada me coqueteaba. Mientras caminaba, me decía, sígueme…apresúrate.

Yo estaba hipnotizado por sus ojos azules, bellos mares.

En ningún segundo pensé en lo que estaba haciendo, solo me dejé llevar.

Solo esperaba que no me encontrase con nadie conocido.

Solo esperaba estar haciendo lo correcto.

Caminamos por lo menos cinco minutos. Hasta que llegamos a un pasaje con poco público.

Ella paró, yo la seguí.

Se dio la vuelta, me tomo las manos y me acaricio, con un tacto angelical. Fue especial. Su respiración se unió con la mía. Mi corazón latía a mil por hora.

Estaba dispuesto a besarla. Contuve mis ganas por un instante. Fue en ese mismo momento cuando volvimos de nuestro trance de pasión y caímos rendidos en el tiempo real.

Ella me soltó las manos y se marchó…como si hubiese sucedido una gran explosión, la gente salió de todas partes y comenzó a caminar rápidamente.

Entre tanto tumulto no la pude seguir.

La busqué por un buen rato, hasta que la hallé. Estaba sentada en una banca de la plaza, en ese instante me quise morir.

No estaba sola, estaba con un joven de su misma edad, se estaban besando.

Creo que fue tanta mi emoción que lloré.

Me devolví a mi casa, con ánimo de nada.

Estaba perdido en mi corazón.

Sólo recuerdo que me dormí a tu lado.

Me siento de muerte a tu costado, cometí un gran error ayer. No te podría ver a los ojos de nuevo.

Te pido perdón, porque no hay nadie como tú.

El Dolor de la Despedida


¿Qué haces aún aquí?

  • No lo sé, siento que no me puedo ir.

¡Pero vete!

  • ¡No puedo, no ves que estoy mal!

¡Vete!

  • ¿Puedes abrazarme?

No.

  • ¿No quieres o no puedes?

¡No te das cuenta que no

puedo!

  • ¿Por qué?

Porque me dolería mucho

abrazarte y verte partir,

sabiendo que no te volveré a

ver.

Por eso prefiero que te vayas

así nada más…

Loca Soledad!


Shh.

Silencio

Es mi turno de hablar.

Estoy loco, sí…

Lo admito.

Pero loco por ti…tú me tienes así.

No te das cuenta. Todo lo que te amo.

¿Todo este tiempo a tu lado no ha sido suficiente para que lo entiendas?

Dime que sucede contigo…

Que es lo que está mal…

Lo sé, me lo haz dicho muchas veces.

¿No estas lista para abandonar la soledad?

Pero yo a diferencia tuya

Si estoy dispuesto… soy capaz de eso,

Y mucho más.

N-Mistad!



[…Tienes razón…lo entendiste…

- ¿Qué?

Lo que nos pasa…

- ¿Si?, yo creo que aún no lo sé.

Bueno puede suceder, pero ambos sabemos que sucede algo que esta mal. Y eso es un avance, ¿no crees?

- Si, puede ser.

¿Recuerdas lo que me pediste que hiciéramos?

- No, ¿Qué cosa?

Lo de no hablarnos más.

- Ah, eso, si, que pasa con ello.

Es que pensé en el momento en que me lo decías, que no habláramos más. Esa no es la solución para acabar esta tormenta…]

miércoles, 23 de mayo de 2007

Perfume del Recuerdo.


Acabo de sentir tu aroma.
Me desperté para verte a mi lado,
pero no eras tú.

Era sólo tu recuerdo.
El perfume de tu piel, cabellos...
Labios.

No eras tú.

Tanto que espero por tí.
No dejo de pensar en tu llegada.
Que digas lo que hace tanto quiero escuchar...
y creo que tu lo quieres decir...

Que te quedarás aquí, junto a mí.
Por mí y por...TI.

A pesar de lo que suceda siempre estaré contigo,
no me alejaré.

Te lo Juro.

miércoles, 16 de mayo de 2007

Incapaz.

Donde te fuiste a quedar.
Cuéntame, que sientes al mirar a tu interior.
Seguro que te perdiste en tu lugar y
olvidaste los recuerdos,
que ya no puedes hallar.

Si todo fuera como un camino
los demás te verían y te intentarían alcanzar.
Pero te perdiste
donde sólo encuentras
sentimientos.

Eres incapaz de darte por aludido
en tu corazón.
No logras estar de pie a mi lado,
Sigues por tu rumbo yendo y viniendo.
Ni siquiera eres capaz de tomar
en cuenta las predicciones.

Espero que no estés abajo conmigo
que no te falte nunca el amor,
que no te sientas sin ti.
Sabes que sin ti yo ya no voy.

Todo fue un tormento, un suplicio.
Pero todo cambia, se transforma.
Te busco, te encuentro.

Que extraña forma escogí para
Encontrar a mi Corazón.

Odiar … Perdonar … Olvidar … Amar.

jueves, 3 de mayo de 2007

El encierro del regreso.


En mi cuarto a oscuras, escuchando mis canciones dedicadas.

Me comencé a sentir tal cual como creo que te sentías tú ese día.
Sentí ganas de dormir, pero no tenía sueño, no podía quedarme calmo, estaba muy inquieto.

Comencé a pensar…o soñar, ya no lo sé; los buenos momentos que pasamos juntos, esos que nunca olvidaré. Los tendré en mí ser por siempre. Ellos me acompañaran hasta más allá de la muerte.

Algo por sobre todas las cosas espirituales y materiales me incomodaba…era una sensación de estar encerrado. Junto a este sentimiento nació una emoción, la de la soledad.

Me sentí atrapado por ellos, no podía soltar sus amarras y navegar por mi mente como lo añoro hacer.

No puedo dejar de sentirme encerrado en un cubo pequeño y oscuro. Tratando de escapar, cada vez que lo intento mí espacio se reduce.
Pensé que todo acabaría tal como empezó, sin darme cuenta de ello.

Pero creo que para eso estás Tú.

En el sitio mismo del umbral, en aquel instante en que todo se torna a ti…apareces tu y me guías…me instas a caminar de vuelta…quieres que cambie; aún recuerdo lo que me dijiste – Todo cambio conlleva una renovación, y toda renovación un sacrificio –.

Creo que era todo lo que necesitaba, porque de ahí que no recuerdo nada. Todo esa agonía espacial acabo como nuestra canción.

Pero me di cuenta que todo no termina ahí.
Escucho lo tambores de fondo, siento el aire espeso sobre mí; es el momento de actuar.
Lo que me dijiste no era solo una recomendación, sino más bien una petición, a la cual tu sabes tanto como yo, que si hubiera querido no la hubiese seguido. Pero no es así.

Era momento de pensar. Era momento de actuar.

El cambio ya sucedió, no se notó tal vez, o si bien yo no lo medí, los demás sí.
Todo tuvo su inicio y su propia culminación, eso estaba hecho.
Lo que me tocaba hacer ahora era propiciar la renovación.
Ese es el momento me mayor tensión, darme cuenta cual fue mi renovación.

Todos ustedes han estado en un momento u otro conmigo, me han conocido, escuchado y sufrido.
Pero ya nada sigue igual, todo cambió, se renovó.
Es hora de dejarlos partir, de no retenerlos más, si tu quisiste que no los viera más así será, no te cuestionaré.

Mi renovación se ha hecho.
Muchos han partido, otros llegado, unos cuantos regresados.
Es mejor así.
Creo que es lo mejor para ustedes estar…seguir sin mí.
Sucedió mi cambio, lista mi renovación, era tiempo de hacer mi sacrificio.

¿Era el tiempo?, ¿Es el lugar?, ¿Es lo que quiero?, ¿Es la persona?
Bueno sí.

Es tiempo. El sacrificio esta hecho.
Todo culmina, te dejo ir. Espero que puedas ayudar a los demás, tanto como a mí, te lo agradezco.
Te pido sólo una cosa más.
Cuídalos, ya que yo…ya no puedo.

Te amo!

Ángeles.


Seres celestiales, inmersos en el cosmos de Dios.
Andantes en las planicies del destino.
Mensajeros de los vivos y muertos.
Gente que te guía por tu amor.
Luces eternas de la vida.

Siempre hemos admirado a los ángeles, esas criaturas llenas de esperanza;

nunca hemos dudado de su misión.
Son ellos los que nos cuidan.

Son los seres más cercanos a Dios.
Pero esto no siempre fue así.
Hubo un tiempo en que los ángeles estaban aquí…con nosotros.
Eran mortales; podían morir.
Caminaban como tú y yo,

comían, dormían, hablaban, crecían y amaban.
Ellos nunca supieron que eran ángeles, los mensajeros de Dios.
Ayudaban sí, eso y mucho más.
Hacían vibrar sus corazones; entre y con nosotros.
Era gente que se funde en el entorno y en el amor.
Dios los envío para estar siempre con nosotros y vivir en miradas transparentes, recibir su luz.

Poder pasar y tocarnos.
Todo era perfecto.

Pero esa perfección acabó.
Dios los creo y ahora los convocó para regresar.

Volver a su antiguo hogar.

Todo lo celestial.
No se pudieron hacer esperar.

Han pasado muchos años ya, tanto que no lo recuerdo, pero creo que es bueno.

Cada vez que escucho esa canción me pongo a recordar algo borroso de mi memoria, fue hace mucho.
Recuerdo a esa gente que con sólo mirarla a los ojos sabrías como sería el verano y el invierno.
Gente que pedía por nosotros y que infundía fe, esperanza y paz.
Creo que nos llamaban ángeles.
Así como ahora te llaman a ti.
Esos mágicos y místicos seres de luz nunca se fueron,

permanecieron y hasta ahora puedo decir que hay ángeles entre nosotros…
Somos tú y yo.
No me digas que es ridículo, porque no es así.
Dios nos permitió quedarnos aquí con ellos, porque hacemos más falta que en el mismo olimpo.
Pero a cambio nunca podríamos manifestarnos ni recordarnos, pero eso acabó.

Es hora de despertar junto a los demás.
Porque no sólo nosotros somos ángeles, sino todos…aquellos que no esquivan nuestras miradas.

Recuerda que cada vez que vayas caminando y alguien te sonría, tu haz lo mismo porque es un ángel el que te saluda y tú como uno más se lo debes a él y a los demás.

Sólo nos queda seguir con lo nuestro.
Empezar cada día.

lunes, 16 de abril de 2007

PERDIDOS.


¿Te haz sentado en la ventana de tu habitación a mirar a tu alrededor?
Desde lo alto te das cuenta que nadie te ve, pero tú si puedes distinguir alguno que otro.
Los ves como siguen su rumbo.
Bueno yo también.
Pero esta historia no es de mí, sino de ti. De ti y de él, de ustedes, de ellos y tal vez… de nosotros.

Sólo algunos pueden verte; cuando miras bien te das cuenta que él te observa, te esta mirando desde hace un buen rato. Te ve fijamente a los ojos y tú ni te percataste.

Es porque estabas perdida, o por lo menos así te sentías.
Te preguntas… ¿en que pensará?
Pero eso no basta, así que sigues mirando.
Pero sucede algo raro…ahora sólo te ves tú, en el reflejo de la ventana, no puedes mirar más allá.
En un principio ni te incomodó, pero al detenerte en tus propios detalles piensas ¿qué sucede conmigo?, ¿estoy perdida?

Cierras los ojos, respiras, por un instante te pierdes.
Cuando vuelves decides no huir, es mejor seguir. Así que sigues, con la mirada media perdida, buscando al hombre perdido.

Hasta que por fin lo encuentras y te percatas que no se ha movido ni un instante.
Sigue sigilosamente observando a tu mirada perdida.
Te vuelves a preguntar… ¿qué hago?
Y te armas de valor y decides salir en su búsqueda.
Hasta que das con él.

Están frente a frente, lo ves con detalle, te das cuenta que es más alto y mayor que tú.
Se miran fijamente.
No se mueven, mientras que su mundo sigue girando…a su alrededor.
Creo que él al igual que tú sabe lo que quiere, pero les falta valor. En sí es comprensible, si ni siquiera sabes su nombre.
Pero derrotan sus prejuicios.
Se abrazan, se acarician, te besa.
Te dices a ti misma, todo es muy raro, pero sigues allí inmóvil.
No surge ni una sola palabra entre ambos.
Hasta que te cansas de ese silencio y le dices…creo que estamos perdidos.
Él sonríe y te dice al oído…
¡No!
Nunca estuvimos perdidos.
Porque estaremos siempre unidos.

Cada uno sigue su rumbo.

LA LUNA ES SIMPRE BELLA.


Quién diría…
- ¿Qué?
No… nada…sólo pensaba en esto.
- ¿En qué?
En ti y en mí.
- ¿En nosotros?
Si en nosotros.
- ¿Qué piensas de esto?
Que nadie se imaginó nunca que tú y yo terminásemos juntos…pero no sólo como amigos, sino como pareja.
- Si, tienes razón. Pudo haber sido predecible por todo lo que compartimos, pero así mismo, eso no hacía incompatibles, según las leyes de la física.
Pero que bueno que no nos regimos por esas leyes. Pudimos ser lo que somos, a pesar de la amistad.

Claro, si tú me aconsejabas sobre la “nena de colores” y yo te escuchaba sobre “el joven que sufre, en su casa”.
- Para que veas como pasan las cosas.

- ¡Te amo!!!...
¿Te tendrás que ir, no?
Tu sabes que yo voy y vuelvo, que ando de allá para acá.
- Bueno realmente siempre lo he sabido.
Pero déjame decirte que no te dejaré ir.
Que te retendré por siempre. Porque ahora que estas en mis brazos sé que tú eres para mí y yo para ti.
Ya no tendrás que correr, porque yo te protegeré. No tengas miedo.
Oh!, que fuerte, nunca me lo habían dicho. Siempre era yo el que buscaba, retenía y protegía. Pero contigo todo es distinto…siento que ahora tú eres la que busca, me proteges. Eso me hace sentirme bien, pero no por un cuento de ego, sino de verdadero amor.
Tú me rompiste el esquema.
- ¿Si?
Sí, claro que sí, pero sabes que es lo mejor de eso.
- ¿Qué?
Es que tú me lo armaste, pero contigo en él.

- Si, pero es eso mismo lo que me tiene así como me ves.
¿Qué cosa?
- El que te amo.
Pero que sucede con eso.
- Que te conozco, tú eres de esas únicas personas que no pertenecen a nadie, pertenecen a todos.
Y sé que tu camino no es estar junto a mí, sino seguir…construir.
Eso es lo que me da miedo, porque no te quiero perder, ni menos quiero sufrir por ti.

Pero quédate tranquila, sólo tú eres la estrella de mi corazón, eres mi “nena”, mi sombra eterna.
Y aunque mi naturaleza sea el seguir, como el vino que bebí de tu copa que fue a dar a tus labios después de besarte; el de estar y marchar.
Sé que eres tú, la única que tuvo la llave del baúl que contenía y custodiaba mi corazón.
Es por ello y por sobre todo porque te amo, que no te dejaré. Tenlo presente.
- Tienes razón. Aunque todo cambie, se transforme, gire o se acabe…cada uno recibe lo que le corresponde y sé que aunque pasen tormentas o catástrofes, no te perderé.
A pesar de que el cielo este nublado, estrellado o haya eclipse; pase lo que pase, sé que estarás ahí para mí, y tu sabes que estaré para ti, porque sabemos que la luna es siempre bella.

BESTIAS.


Comenzó mi viaje con un hermoso atardecer, el cielo se tornó rojizo.
La pradera dorada era un marco fenomenal.
Divisé a las bestias descansando, no las quise llamar. Esperé calmo en mi lugar habitual; fui egoísta lo sé, pero me quise reservar este viaje sólo para mí.
Ver los pájaros volar entre las nubes, éstas transformándose en lo que yo quería ver, los árboles al son del viento danzaban juntos, todos unidos como si fuesen uno.
La alegría y la fraternidad se respiraban. Quise que nunca jamás acabara, que el recelo, el odio y la compasión terminaran, pero no lo pude hacer.
El viaje debía continuar.
Avancé paso a paso por una colina gris, mediante más avanzaba más blanco se tornaba. Extraño el calor…el humano…el sol.
Hace frío, las colinas a mis costados yacen templadas de nieve. Se les ve petrificadas, sin ganas de nada…
Tuve que parar, la noche cayó.
Tuve que dormir, me acurruque en los brazos del cielo estrellado que me mecía con los cometas que iban y venían.
Soñé que las bestias podían oírme, querían seguirme pero no lo lograban. No podían subir.
Desperté asustado; ya era de día, el hielo de mi cama se hacía agua…tuve que seguir.
Al cruzar ese helado risco me encontré con una de las mayores pruebas, cruzar el puente…pero a pesar de lo que podría haber pensado cualquier bestia, lo lograría y sabía que así sería. Tenía muchas energías. Al pasar lo divisé desde las alturas, me presté a correr a él, seguía con mi paso firme y audaz, tratando de llegar a él. Debo admitir que me fue difícil; debía esquivar troncos viejos, rocas gigantes y ríos enérgicos…cada vez tenía más certeza de que lo lograría. Hasta que un día lo logré. Fueron muchos años lo que me costó en llegar a él, no fue fácil.
En un momento pensé no lograrlo, puesto que cada vez que me acercaba el se alejaba.
Hasta que por fin lo crucé.
Del otro lado, todo era hermoso, distinto y celestial.
Una nueva civilización, muchas bestias que danzaban alrededor del fuego invocando a su gran amor, otros mientras tanto tocaban con gran furor los tambores, parecía que estaba temblando.
En cuanto crucé notaron mi presencia, mi cansancio se hizo notar con mí respirar.
Todos se giraron a verme, con gran asombro lo llamaron…al Chamán, al guardián de su lugar.
Con gran destreza, a pesar de su notoria vejez, se me acercó, me miró a los ojos, con sus ojos blancos nunca antes sentí lo que percibí en ese instante. Fue demasiado especial para tratar de describirlo. Sentí lo que muchas bestias llamaban en mi otro pueblo…paz.
Por fin la conocí…
Después de ese segundo, que para mi fue una eternidad, el Chamán grito, pero no por temor sino por furor, alegría y sosiego…
Luego un silencio angelical…un instante más y todos los demás lo siguieron. Gritaron desde su corazón.
Se me acercaron las doncellas de su pueblo…me acariciaron y besaron.
Me prepararon para una ceremonia, de eso me percaté de inmediato, cuando me adornaron con flores y me dieron de comer y beber.
Sin entender mucho lo que hacían las seguí.
Luego de estar toda la tarde en un festín caluroso, me dejaron en el centro de su unión. Logrando que esa dicha paz la volviera a sentir, pero ahora con más santidad.
Todos se tomaron las manos, creo que estaban rezando. Luego de que el Chamán hablara todos cayeron en un gran sueño.
Me sentí raro, miles de personas a mis costados dormían placidamente como hipnotizados.
Me comencé a sentir muy cansado y lento. Bostecé como nunca antes y de un segundo a otro cerré los ojos, para no volverlos a abrir.
Todo era gris…se tornaba a ratos negro…hasta que seguí su luz…llegué al mar rodeado de miradas de bestias que esperaban mi momento de sucumbir.
Pensé que estaba soñando, pero el mar tocando mi cuerpo me hizo dudar.
No me quedo más que resignarme y rendirme ante sus rugidos.
Estaba listo para acabar.
Sabía que me iban a atacar, se me acercaban rápidamente.
Hasta que uno de ellos, me levantó y elevó a los cielos.
Desde ese momento los cuido y amo.
No eran bestias, nunca lo fueron ni nunca lo serán.
Son mis amados.
Los que sólo con mirarme pueden tranquilizarme, a los que les debo la paz en mi tierra.
Los espero, aquí en lo alto…en el cielo.