Diario de una hermosa confusión.

¿Qué quiero?
¿Cuál es mi misión?
¿Me gusta como soy?

Pienso, es lindo que te escuchen, que te apoyen que te cuiden, que te quieran…
Pero a pesar de todo eso, sólo Tú deberás decidir.
Esas son sólo algunas de las preguntas que se me vienen a la cabeza en estos momentos…
Es como la historia de sus amigos, y la del caballero que era Rey.
“-Él era el dueño de casa, se sentía solo, siendo que estaba rodeado por innumerables personas, pero sentía que algo le faltaba, que algo estaba mal. Nunca pensó que era, ni mucho menos en como podía cambiar esa situación. Ni mucho menos, decidió seguir así! Hasta que todo realmente cambia uno se da cuenta de que las cosas eran distintas, no como YO pensé que eran.
Cuando te das cuenta de que de verdad estás solo es que decides de que debes buscar algo…eso es lo que piensas, de que Tú lo buscaste…iluso, eso no es así, las cosas pasan por que deban pasar, para bien o para mal, es tu deber el de juzgar.
Cuando crees que decides en invitar a unas personas que sabían de tu existencia y tú de las suyas, pero que nunca quisieron asistir a tus fiestas, a beber, divertirse, a conocer. Nada!
El momento llegó, las invitas, ellas aceptan, te das cuenta de que tienen más cosas en común de lo que pensaban.
Cuando entran en tu vida, o a lo mejor (que es lo más probable) tú entras en las suyas. Te das cuenta, logras percatarte de que no estabas tan sólo como pensabas, de que había personas. Sólo debías mirar más allá, ver realmente con los ojos del alma.
Decides compartir con ellas, claro que ellas también aceptan, porque si no fuese así no serviría de nada.
Las invitas a pasar unos días en tu palacio, en buena hora ya que por lo que te informan tus vasallos, el reino esta fuera de peligro, no hay amenazas de nada, ni de guerras, invasiones, ni menos de dragones.
Ellas se sienten a gusto de que las invites, a demás les permite a ellas, que sólo se ubicaban, el conocerse.
Comparten experiencias, comentan sus vidas…al paso del tiempo, se dan cuanta de que tienen muchas cosas que hacer, y que entre todos lo pueden hacer.
Es mucho más fácil realizar cosas en equipo, que hacerlas sólo.
Además tienen un plus, éste es que podemos tener fines, metas, objetivos en común…y eso para mí (el rey) es de bastante agrado, por fin siento que no estoy sólo (realmente nunca lo estuve, pero es que los demás no me llenaban como persona), de que pertenezco a algo, de que ellos sueñan como tu, de que lloran como tu, se ríen como tu, quieren como tu, y por sobre todo lloran por ti, se ríen contigo y… te quieren.
Son un TODO, recuerda, las sumas de las partes nunca es más que el todo. Y mucho menos el todo tendrá el mismo carácter de las partes, puesto que éstas son independientes unas de otras. Y comparten cosas, pero así también odian otras de las otras personas del todo, es por eso que sólo entregan lo que deben dar.
Cuando avanzan un día por el bosque, durante una cacería de zorros, me doy cuenta de que me voy quedando solo con mi caballo detrás del grupo…
¿Qué pasa me pregunto?
Pienso en qué hice mal, para que ellos se alejen, pero no les digo nada. Ya que tal vez (y es lo que prefiero pensar) yo crea estar atrás sólo, pero no es así. Que en ningún momento decidieron dejarme en el camino; para no dudar de ellos prefiero callar.
Además que devuelta al reino, me doy cuenta de que se me acercan a conversar. Es decir, estuve mal al pensar en que ellos ya no les gustaba compartir conmigo, o por lo menos eso pensé.
Las cosas siguen como de costumbre, compartimos, disfrutamos, conversamos. Por esos días nunca más pensé en dudar de nuestro vínculo, de lo que YO llamo Amistad…siempre les dije somos un todo, Tú, Tú, Tú y Yo, somos un algo.
Ellos siempre asentaban con la cabeza, ahora pienso que querían decir, si, pero no es necesario que lo repitas tanto. Tan inseguro eres.
Pero nuevamente mis dudas las callo, no es bueno que ellos piensen que soy inseguro, no debo mostrar flaqueza.
Debo ser lo que esperan de mí. El rey que los recibe en su casa, el que los acompaña, el que los escucha, en fin.
Todo parece convertirse en una rutina, hacemos esto, aquello, eso, siempre todos juntos. Pero al parecer, como todas las cosas, esto se comenzó a separar.
Ya no sólo lo sentía, sino estaba seguro, de que cada vez estaba más aislado.
Siempre esperé que este momento no llegase, de que nunca se fuesen, de que nunca me dejasen. Que nunca se vayan de mi castillo.
De que siempre yo pueda apoyarlos, ya que sin mí, no sé que harían.
Pero ya no puedo cegarme a la verdad, a la luz…esto estaba pasando.
Estaba siendo excluido en mi propio reino…pero que se creen estos allegados, se creen los dueños del lugar?
Decido armarme de coraje y encararlos, preguntarles directamente a ellos, y dejar de especular.
Hey que sucede, le incomoda mi presencia, ah?
_pero que idiota eres, no nos incomodas para nada. No pasa nada no te preocupes_ me responden, después de largos intentos de encontrar respuestas, pero no siempre me escuchaban.
Me doy cuenta de que me engañan, de que si pasa algo, pero que no son capaces de decírmelo, tal vez porque tienen miedo de no dañar mis sentimientos, saben lo delicado que puedo ser.
Tal vez es mejor así…pero no!
No quiero hacerme el ciego, y que ellos se hagan los mudos, no es lo que quiero.
Debo saberlo, debo acércame a ellos, aunque ellos se alejen, los seguiré cada vez que estén sin mi.
Estoy en todo mi derecho, nuestro vínculo, lo conformamos todos, no sólo ellos, o sea que diablos se creen.
Esto no me funciona, entre más me acerco, más se alejan, es como si ratificar su postura de que realmente estorbo.
Esto cada vez esta peor, todo se transforma en una tormenta…pero en la mitad de la tempestad un rayo de luz me guía, me hace pensar, reflexionar…date cuenta de que ellos tiene caminos propios, no porque tu los hayas ayudado, recibido, significa que ellos te seguirán, todo lo contrario, ellos deben cumplir con su misión.
Deben seguir…
Tú debes darte cuenta de que también tú tienes una misión, y de que por mucho que la quieras compartir con los que quieres, si ellos no tienen interés en ella, no lograrás nada.
Por fin me doy cuenta de que no es que ellos me hayan dejado sólo, pero es que ellos debían seguir, lamentablemente yo no seguí el camino, me estanque, me puse conformista, sólo aceptaba y quería lo que tenía, no esperaba más.
Ellos por fin me lo dicen _hey, no podíamos decirte lo que sucedía, debías darte cuenta por ti mismo, debías darte cuenta de que no avanzabas_, y ellos no podían esperar.
Me mencionan que por lo menos me di cuenta de lo que sucedía, que mal que me haya tardado tanto, pero ahora es decisión mía el seguir, no acompañándolos, sino siguiendo Tú camino, solo avanzando (con ellos).
Ellos se acercan a mí nuevamente, comentan que la decisión de avanzar, fue lo mejor que pude hacer. Que me felicitan. Están felices, puesto que los entristecía el pensar que me tenían que dejar.

Ahora viene la tarea más pesada, la labor mas encomendada…encontrar mi verdadero YO, comenzar a cumplir mi misión, la que tanto se me encomendó.
Para eso me sugieren que viaje, lejos de aquí. Pero este viaje lo debo hacer sólo, es mi camino, nadie lo puede recorrer por mí.
Me dicen que les encantaría esperarme, por que a pesar de todo me tiene cariño, pero que si no llego a tiempo deberán marchar.
Es allí que les pregunto, y que harán ahora ustedes, ahora que no estaré en casa…se irán a las suyas?
Con cara de duda me miran y dicen_ a nuestras casas, pero si ya estamos en ellas, aquí…este es nuestro hogar…en ese instante me doy cuenta de que tienen razón, de que ese fue, es y será su hogar. Que yo era la visita, ellos me abrieron su corazón, para aprender y querer, esto lo hacían porque me querían, de que a pesar que no me podían ayudar, lo hicieron, porque querían seguir con el todo.
Pienso, y encuentro respuestas. Yo fui siempre la visita, yo nunca fui el rey, ellos me aceptaron tal cual, les hubiera dado lo mismo si era vasallo o conde…es ahí que cierro los ojos y me digo_ es grande el esfuerzo que han hecho por mío, pero tienen razón, es hora de seguir, de buscar mi camino y recorrerlo, y para ello debo estar sólo, pero nunca puedo dejar de pensar de que ellos me acompañarán. De que si fuese por ellos me podrían esperar_.
Es momento de partir, es momento de poner en práctica lo que aprendí de ellos. Ya me dieron las armas: la espada, el escudo, la armadura, el caballo, para salir lo más aireado de mi viaje. Pero también es momento de ver los resultados, de demostrar…pero a mí mismo, de que también puedo avanzar, de que debo avanzar, debo seguir.
Es en ese momento en que los miro, sin nada que decir más que gracias, me voy, sin gestos ni abrazos, ni mucho menos de palabras. Sólo con miradas.
Ellos se dan cuenta de que voy en buen camino, de que no fue necesario hablar, ya nos podemos entender sólo con mirar.
Logro robarles una risa leve, una señal, de que lo estoy haciendo bien, de que aprendí.
Creo que podrán decir, que por fin comenzaré con mi misión.

Marcho raudo y veloz, al encuentro de mi misión, con el mayor valor, para poder en algún momento de esta vida o de la otra, volver a ver surgir al todo…y así poder decir viva el amor!

Que raro, no pare de escribir en ningún momento, es como que algo o alguien se apoderara de mí y escribiese otra historia distinta a mi vida. Pero sé que no es así, esta historia, no es verdad, no es mentira, sólo es…es lo que tú decides, lo que tu quieras leer, lo que tu quieras ver.

Pienso leo el párrafo anterior y me contradigo, nadie ni nada se apodero de mi, sólo es que le di paso a mi verdadero yo, para que pensara y mas que pensara…hablara.

Pero hey, esto es solo el comienzo, ahora falta mucho por seguir.
Así que no te decaigas, demuéstrate que puedes lograrlo.