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jueves, 25 de noviembre de 2010

Un domingo como ninguno.


Y así nada más...
sin más que una mirada tu vida y la mía se unieron...

Dante, como era costumbre acudió al mismo supermercado para comprar lo que su más preciada mascota necesitaba. Arena y comida.
Matías, como comenzaría a ser costumbre, se encontraba en su trabajo de verano, ordenando paquetes de arroz; nada menos romántico.

Yo: Al mirarlo entrar por el pasillo fui capturado por sus ojos color esmeralda. Infinitos. Llenos de paz y amor.

Él: Jamás pensó que en un lugar con tanta gente, entre tantos del montón, encontraría una cara nueva, una que nunca antes había visto. Una que con un gesto de inocencia y amor puro, lo emocionó y cautivó.

Los nervios fueron el escenario de ambos, las personas que se entrometían en sus miradas, los tramoyas del accidentado encuentro.
Tras unos instantes siguiendose uno al otro, la marea de ansiedad hizo que no se vieran más.

Yo: Cómo es que le perdí de vista. Debo deshacerme de todo esto, de mis implementos de trabajo, e ir en su búsqueda. No lo quiero perder.

Él: Es extraño a mi edad estar jugando a las escondidas, es mejor afrontar y acercarme. No tengo nada que perder.

Después de reencontrarse, yo, decidió quedarse quieto en un pasillo, finguiendo que no vio a él, controlando su ansiedad nerviosa; las cosas de la vida, justo yo se puso a ver los ingredientes de la comida para gatos. Algo por lo que él había ido a comprar.

Él: Hola - sacándose los audífonos - ¿te puedo pedir un favor?

Yo: Claro - tratando de no mirarlo a los ojos cautivantes que tiene, para no demostrar su ansiedad - dime.

Él: ¿Me puedes dar tu número de teléfono?

Yo: - Claro que se lo daría, pero no podía ser tan apresurado, así que pregunté - ¿Para qué?

Él: Para llamarte más tarde y juntarnos.


El tiempo crea, mata y cura. En nuestro caso, creó el más grande amor, lo mató y lo curó.
Ahora sólo depende de ti y de mí.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Drama


Mi felicidad no gira entorno a ti.
Se basa en mí.
En lo que tengo, en lo que quiero ser.
En lo que soy y lo que tendré
Son mis metas, mis sueños.

Con tus ires y venires,
no haces más que recordarme
todo el amor que sentí por tí.

Pero hoy no me provocan más que mirarte a los ojos
y decirte que se acabó el show.
Adiós.